Respondemos a las preguntas más frecuentes
Los modelos de tratamiento ambulatorio, ya sea en la modalidad individual o grupal, permiten sostener al usuario de las drogas en su ambiente familiar y social en el que se desenvuelve habitualmente sin aislarlo, contando con la colaboración de su entorno inmediato en el proceso de curación.
La internación en ámbitos especiales es necesaria cuando no se puede controlar la adicción o cuando no exista ninguna posibilidad de sostén familiar “sano” (sin consumo). Es decir, cuando se han agotado los recursos tendientes a producir abstinencia, total o parcial.
Durante el tratamiento, cada persona progresa a diferente velocidad. Por eso no existe un tiempo predeterminado. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que la obtención de buenos resultados depende de un tiempo adecuado no menos de 90 días.
Tal como en otras enfermedades crónicas, la recaída en el uso de drogas puede ocurrir durante o después de rondas exitosas de tratamiento. Las familias deben estar atentas a cambios o síntomas extraños. La consulta preventiva se impone en esos casos.
Es muy difícil manejar el problema sin el apoyo profesional. Lo frecuente es que se desencadenen disputas y se generen enfrentamientos que no ayudan. La consulta se impone.
Casi todos los adictos al principio creen que pueden parar de usar drogas por sí mismos, y la mayoría trata de parar sin recibir ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, muchos de estos intentos fracasan cuando se quiere lograr la abstinencia a largo plazo. Luego de tiempo de uso hay cambios cerebrales que “llaman al consumo” ante situaciones de conflicto.
Además de parar el uso de drogas, la meta del tratamiento es que el individuo vuelva a funcionar productivamente dentro de la familia, del trabajo, y de la comunidad. En general, el tratamiento para la drogadicción es exitoso como el tratamiento de otras enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, y el asma. Todas estas requieren participación del paciente y atención preventiva.
El hecho de que el paciente se mantenga dentro del tratamiento depende de factores asociados tanto con el individuo como con el programa. Los factores asociados al paciente incluyen la motivación que tenga para cambiar su comportamiento, el grado de apoyo de la familia y de las amistades, y el grado de presión que sienta por parte del sistema de justicia.
Muchos drogadictos, tales como los adictos a la heroína o la cocaína, particularmente los que se inyectan las drogas, tienen un alto riesgo de contraer el VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas como la hepatitis, la tuberculosis e infecciones transmitidas sexualmente. Para estos individuos y la comunidad en general, el tratamiento para la drogadicción sirve para prevenir estas enfermedades.
La familia y las amistades pueden desempeñar un papel esencial en cuanto a la motivación que aporten a las personas con problemas de drogas para que ellos comiencen y permanezcan dentro del tratamiento.
Es el proceso de permitir que el cuerpo se libre de una droga mientras se transita la abstinencia. A menudo es el primer paso de un programa de tratamiento y debe ir seguida de tratamiento con una terapia basada en el comportamiento y/o un medicamento, si está disponible. Desintoxicación a solas con ningún seguimiento no es el tratamiento.
Es la variedad de síntomas que ocurren después de que el uso de algunas drogas se reduce o detiene. Estos síntomas pueden durar varios días, pero la depresión general o angustia que a menudo acompaña la abstinencia puede durar semanas. En muchos casos, la abstinencia puede ser fácilmente tratada con medicamentos para aliviar los síntomas, pero el tratamiento para esta instancia no es el mismo que para la adicción.